martes, 22 de junio de 2010

Exposición: Coronado - Macaya - Morales - Pastor.

Hasta el próximo 1 de julio podemos disfrutar de una variada muestra de pintura taurina en la Galería Jorge Alcolea (Claudio Coello, 28 – Madrid).


Como cada año por estas fechas y bajo el título "Toros y Toreros V", esta vez exponen Miguel Macaya, Eloy Morales, Enrique Pastor y Miguel Coronado. A la inauguración el pasado jueves asistió Eloy Morales, que admitía exponer algo menos que en otras ocasiones. Aun así, su majestuoso óleo y minuciosos dibujos a grafito (él mismo reconoce emplear poco más de ¡una hora! en ellos), están acompañados, y esa es la novedad, por apuntes en tinta sobre papel de 30 x 40. Eloy nos cuenta un secreto: para realizarlos, solamente moja el pincel un par de veces hasta que se agota y… ¡ahí queda eso!. El acabado realista del resto de sus obras es, en cambio, resultado del análisis de la corrida más allá del arrimón de un torero. Conserva sin ir más lejos, ese aroma romántico de tardes morantistas.
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Por otro lado, Enrique Pastor nos trae obras de su inigualable pincelada sobre un buen dibujo que siempre nace de la privilegiada cabeza del autor. Macaya y el madrileño Miguel Coronado completan un sugestivo recorrido por la moderna pintura taurina actual. En el debe de la galería, hacer constar el poco cuidado mostrado a la hora de exponer, que llega hasta las pésimas cartelas informativas.




De arriba abajo, obras de Macaya, Coronado, Morales y Pastor que se exponen en la Galería Alcolea.










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Sobre estas líneas, dos de los apuntes en tinta de Eloy Morales.

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Exposición: "Toros y toreros V" (hasta el 1 de julio)

Lugar: Galería Jorge Alcolea (c/ Claudio Coello, 28 - Madrid)

Horario: Lunes a sábados, de 11.00 a 15.00 h. y de 17.00 a 21.00 h.

martes, 15 de junio de 2010

Calamaro en salsa brava.

"Aunque estemos como estemos, no nos echamos pa' tras."

(De "15 de Septiembre", ranchera del inigualable guanajuatense José Alfredo Jiménez)


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A la llamada a filas en defensa de la Fiesta en los últimos días, los reservistas no se han quedado atrás. Calamaro y Sabina son buenas muestras de ello.

Andrés Calamaro nunca ha ocultado el magnetismo que tiene para él la lidia al mostrar alusiones taurómacas en canciones como “El tercio de los sueños” y “Media Verónica”. Ahora, en ejercicio de su libertad de pensamiento, rechaza el clásico paquete de ideas progresista que no quiere las corridas en general y en Cataluña en particular. Sin llegar al ensayo inteligente, propio de autores como el francés Francis Wolff y su muy recomendable “Filosofía de las corridas de toros”, el rechazo antitaurino, “progre” o no, evita conocer lo desconocido admitiendo las opiniones de políticos y voceros que tratan de normalizar y homogeneizar ideas. Si siguen apareciendo datos como los desvelados hoy por Gonzalo Santonja en la presentación de su libro “Luces sobre una época oscura (El toreo a pie en el s. XVII)”, podemos datar en 1.663 el contrato más antiguo de una terna de toreros, lo que añadiría 100 años más de historia a nuestras corridas de toros. Toda una tradición popular que no admite limitación.

Me contaba un amigo que en su pueblo lo normal es que a los críos, cuando se les entra con los brazos por delante y los dedos en punta dispuestos a modo de pitones, les salga de forma natural el más genético de los recortes. Esa libertad de acción de jugar con el toro nunca podrá ser encarcelada ni por el dogmatismo progresista ni la indiferencia conservadora. Calamaro, como muchos otros, se cruza al pitón de la incorrección política, de donde vienen feas cornadas pero también hermosos triunfos sobre el toro de la ignorancia.

Arriba, "Calamaro, de golpes y alamares", tinta sobre papel de Luis López.

domingo, 13 de junio de 2010

Exposición: López Canito.

Durante las próximas dos semanas, el pintor José López Canito expone en el Club Taurino de Pinto en Madrid (c/ Alfaro, 18). Al acto de inauguración celebrado el pasado viernes, asistieron miembros de la agrupación taurina y el propio pintor, el cual presentó la muestra formada por obras clásicas y lienzos recientes. Como entreacto se proyectaron imágenes del joven becerrista de Monterrey Jesús Torres “Jesusín”, un chaval de 10 años que, pese a su corta edad, ya ve en José Tomás el modelo excelso de la quietud y el temple.

Similar admiración por el diestro de Galapagar muestra López Canito en muchos de sus lienzos. Su pintura de aire costumbrista y siempre comprometida con la Fiesta, toma tierra en Madrid después del reciente periplo del pintor por tierras aztecas. “Mientras espero o viajo en el avión, suelo dibujar lo que luego pinto… ¿para qué sino están los viajes?”, exclama con simpatía. Y es que cualquier momento es bueno para que este artista madrileño esboce su “Tarde de toros” o ese “Tendido de los sastres”, en el que parte del público que pide la oreja del toro que dobla está en un terraplén por encima del nivel de los tendidos. Si Belmonte dijo que “se torea como se es”, os aseguro que en la inconfundible pintura de José yace la huella de su personalidad caricaturesca, vivísima y entrañable. Conocer su obra es acercarse a uno de los grandes de la cartelería taurina de siempre.


Arriba dcha, dos obras de López Canito disputan protagonismo a la joven promesa del toreo mexicano, "Jesusín".Izda, José Tomás visto por Canito.

Abajo centro, "Tarde de toros" y el pintor junto a su "Tendido de los sastres".


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Exposición: López Canito. Club Taurino de Pinto (c/ Alfaro, 18 - Madrid). Horario: Martes a viernes, de 17:30 a 20 h. Sábados y domingos, de 12 a 14 h.

viernes, 4 de junio de 2010

Pintores taurinos: Pancho Flores.

Un día ,vi salir a hombros a Calesero y Procuna del Toreo. El sol se ponía y sus ternos tenían mil tonalidades que contrastaban con la masa informe que les llevaba en vilo. Siempre quise pintar ese cuadro. Y no me he decidido a comenzarlo, ¿sabes por qué?. Quizá no está ya fresco en mi memoria. Por eso digo que me gusta llevar expresiones ‘en vivo’ a mis telas…”

Pancho Flores, diciembre 1981.

Hasta la llegada de Carlos Ruano Llopis a México, la pintura taurina en ese país carecía de tradición. De hecho, el gran artista levantino dio pie a la escuela mexicana. Fue a raíz de un encuentro con el genio valenciano cuando Francisco (Pancho) Flores (México, 1919 – 1984), se animó a dedicarse de lleno a la pintura. Antes, aquel joven autodidacta y romántico en el concepto de su obra, dibujaba historietas y esbozaba maravillosos apuntes del natural. Su extraordinario dibujo, sin endurecer el movimiento de los lances como si estuvieran vivos toro y torero, dio paso a un estilo en el que daba muestras de no contentarse con plasmar figuras en el lienzo. Trataba de dar la mayor expresividad al rostro de los toreros una vez había llegado a sus almas como artistas.

La pintura taurina de Pancho Flores cumple a la perfección con aquella máxima de parecer hecha rápidamente sin congelar el movimiento. Algo que le hace un gran desconocido entre los más grandes.
(Imágenes tomadas del libro "La tauromaquia de Pancho Flores",
de Javier Ochoa).